Dra. Marcela Lara Catalán
Directora Escuela de Educación
Universidad Viña del Mar
El último informe sobre desarrollo humano en Chile (PNUD, 2024) nos debiera llevar a una profunda reflexión sobre los aspectos ahí relevados, particularmente en la educación. Se reconocen las transformaciones del sistema educativo en cuanto a acceso y aumento de matrícula en todos sus niveles, especialmente la educación terciaria, planteando el impacto en ello de algunas políticas y estrategias implementadas: aumento de la oferta del sector privado, implementación del Crédito con Aval del Estado, (CAE), incremento de la demanda por parte de los hogares, programa de gratuidad, entre otros.
Pero la calidad de la educación continua sigue siendo un tema de preocupación para el país, así lo señala el PNUD. Los resultados de mediciones nacionales e internacionales muestran bajos resultados, junto con evidenciar las diferencias en el aprendizaje según las condiciones socioeconómicas del estudiantado.
Interesa, entonces, analizar sistémicamente la situación. El sistema escolar atraviesa por problemáticas profundas derivadas de las condiciones de salud mental de estudiantes y docentes, del efecto de la crisis social y de salubridad en los aprendizajes, de la dificultad de la convivencia interna y de contexto, entre otras. Al mismo tiempo, la formación de profesores y profesoras en el sistema universitario se ha complejizado y tensionado por las condiciones demandadas (acceso, baja matricula, financiamiento, acreditación, valoración). Además, y quizás producto de todo lo anterior, no se ha podido superar la valoración negativa de la profesión docente que incide en las bajas matrículas y en el abandono temprano de la profesión.
El escenario para la formación docente se ha precarizado pese a los esfuerzos de la política pública y de las 43 universidades que actualmente -con todas las condiciones y tensiones que el sistema les demanda-forman profesionales en el área.
Como sociedad tenemos una enorme tarea ‘conducir los cambios para un desarrollo humano sostenible’, como nos demanda el PNUD, a través de la educación y reconociendo los aportes de todos y todas. El plan nacional docente- recientemente presentado por el Mineduc- es un buen inicio para fortalecer al sistema escolar y sus docentes. Necesitamos avanzar en fortalecer la formación universitaria docente en cuanto a sus mejores condiciones para que las instituciones formadoras puedan hacer su tarea. El PNUD nos convoca a no ceder al pesimismo y avanzar hacia el desarrollo humano sostenible de manera conjunta.