por Francisca Marín, Periodismo UAI.
El ex director del Hospital de Niños de Viña del Mar, el médico Humberto Verdugo expuso en el programa TwitterCafé de Radio Valparaíso sobre el modo de operar del recinto y los posibles factores que derivaron su clausura. Al contar con un sistema sin fines de lucro vigente desde su fundación en 1920, se espera una mantención del sistema en proyectos futuros.
Frente al modelo de financiamiento vigente por donaciones y pago de privados, el ex director mencionó que “si bien, siempre se atendió Fonasa, yo como director hice un estudio en que lo que pagaba este fondo no cubría el costo de las atenciones, por lo tanto, de alguna manera, por lo que pagaban los privados sí se bonificaba la atención de Fonasa. La última donación fue de la familia Hornauer, con lo cual, hace relativamente poco, se remozaron los pabellones, se remozó lo que antes era el servicio de urgencias y se transformó en consulta. Esta es una medida que yo no habría tomado, porque una de las puertas de entrada del hospital era justamente la consulta de urgencias. Cualquiera en Viña sabía que, si tenía un problema a cualquier hora podía ir al Hospital de Niños y encontrar una buena atención”
Cambios en el servicio
Humberto Verdugo además explicó las nuevas medidas implementadas durante el término de su cargo, mismas que cambiaron la calidad de atención a los pacientes. “Por ejemplo, el servicio de urgencias atendía día y noche, pero de repente se empezó a acortar el plazo y después lo suspendieron durante la noche. Los pabellones, en este último tiempo podrían funcionar hasta las cuatro de la tarde y no podrían hacerlo ni los sábados ni domingos, lo cual es un absurdo, porque la mayor parte del servicio médico trabaja en los hospitales y sus pacientes privados, ¿cuándo los atienden? después de las cuatro de la tarde. Después se despidió una gran cantidad de personal, estamos hablando de los últimos seis años”.
Gestión de la iglesia
El hospital, frente al decreto de su fundadora y benefactora María Teresa Brown quedó bajo la tutela del Obispado de Valparaíso. Actualmente es el obispo Jorge Vega Velasco, quién es el encargado de asignar a los directores del recinto y su presidencia. Ante ello, el doctor Verdugo hizo énfasis en la nula potestad a la decisión de cerrar el recinto.
“Sobre eso no tengo ninguna duda de que el obispo no sabía, porque fue mal informado o por la razón que fuera, que el poder lo tenía él. Él nombraba al presidente del directorio, tiene esa potestad. Lo que interesa saber es en qué valor se vendió un paño de más de ocho mil metros cuadrados, en el centro de Viña del Mar, junto al Metro Regional, con excelentes movilizaciones, equidistante de las ciudades del interior y de todas partes. Eso debería transparentarse, porque eso es un legado y el Obispado tiene derecho a saber cuánto se obtuvo de esa venta, de modo tal de recibir ese dinero, cumplir con la voluntad de la señora Brown y ocupar ese dinero en una obra similar”.
Personal estable
La clausura del hospital dejó cesantes a más de 80 funcionarios, entre ellos algunos afectados por el incendio de Viña del Mar, tema por el cual el ex director Humberto Verdugp expuso que «como persona católica me dolió mucho y pensé que no puede ser que la Iglesia Católica haga esto. El hospital siempre se caracterizó por el buen nivel de atención, por el cariño con que la gente hacia su trabajo, toda esa gente está super especializada en atender niños y adultos también. En este último tiempo había llegado un grupo de oftalmólogos y también había atenciones de otorrinolaringología, o sea, el hospital estaba funcionando. Uno no puede entender que un hospital que está acreditado, en constancia de que la acreditación hospitalaria es un proceso complicado y que hay que repetirlo cada ciertos años. La directiva de ese minuto no volvió a acreditar al hospital y van sucediendo todos estos hechos que, yo también dije en alguna parte que fue la crónica de una muerte anunciada.”
Vocación en el rubro
Por último, con una trayectoria de 25 en el puesto, el ex director, doctor Verdugo, mencionó que “yo siempre, mientras fui director del hospital lo hice con conciencia de que yo tenía en mis manos la obligación de cumplir ese legado. Hubo una época en que los pacientes con labio leporino venían a operarse desde el sur. Hubo médicos brillantes como el doctor Walter Radrigán, el doctor Marcelo Araya, que todavía está vivo. Hicimos escuela, el hospital era campo docente de la escuela de Odontología de la Universidad de Valparaíso y de la Andrés Bello. En la vida las cosas no solamente se hacen por dinero, también se hacen por principio y por corrección, es por ello que yo creo que el principio y la corrección hacen que la voluntad de la doña María Teresa Brown deba ser respetada”.