Por: Jimena Ampuero Vega Jefe carrera de Agronomía Universidad Viña del Mar
Las comunidades urbanas actualmente están adoptando la práctica de cultivar alimentos en espacios como patios traseros, balcones, azoteas, jardines comunitarios y otros lugares disponibles. Este fenómeno ha ganado popularidad debido a varios factores, incluyendo la conciencia ambiental, la búsqueda de alimentos frescos y locales, así como el deseo de promover la seguridad alimentaria y la autosuficiencia. Algunos aspectos positivos en el cultivo de alimentos en huertas urbanas incluyen la sostenibilidad ambiental, vale decir cultivar alimentos localmente reduce la necesidad de transportar productos a largas distancias, lo que disminuye las emisiones de carbono asociadas con el transporte de alimentos. Además, el cultivo urbano a menudo se realiza utilizando prácticas más sostenibles, como la agricultura orgánica y métodos de riego eficientes. Acceso a alimentos frescos, lo que significa que las huertas urbanas permiten a las personas acceder a productos frescos y saludables sin depender exclusivamente de supermercados. Esto contribuye a una dieta más saludable y a la reducción de la dependencia de productos altamente procesados. Otro factor es la comunidad y conexión social, puesto que con la creación de jardines comunitarios se fomenta la interacción social y fortalece los lazos comunitarios. La colaboración en la planificación, siembra y cosecha de alimentos crea un sentido de pertenencia y solidaridad entre los participantes. Por otro lado, tenemos la educación y conciencia, pues la práctica de la jardinería urbana también sirve como una herramienta educativa valiosa. Las personas pueden aprender sobre el ciclo de vida de las plantas, la importancia de la biodiversidad y la gestión sostenible de recursos naturales. Y, finalmente, la utilización de espacios desaprovechados porque el uso de áreas abandonadas o infrautilizadas permite su transformación en lugares productivos y estéticamente agradables. En resumen, el establecimiento de huertas urbanas representa un cambio hacia una forma más sostenible, consciente y conectada de abordar la producción y el consumo de alimentos en entornos urbanos, promoviendo la participación comunitaria y la resiliencia frente a desafíos alimentarios.