Prevención de situaciones que puedan generar riesgo en el lugar de trabajo; sensación de tranquilidad, a través del aprendizaje de técnicas y la adquisición de herramientas que los y las ayudan a lidiar con situaciones complejas, fueron parte de los beneficios identificados como resultado de su participación en una serie de proyectos ejecutados en sus empresas, que buscaban mejorar la calidad de vida de trabajadores y trabajadoras de la construcción de la Región de Valparaíso.
Se trata de los proyectos ganadores del concurso “Reto Salud Mental”, seis en total, iniciativa desarrollada por la Cámara Chilena de la Construcción, a través de su Área Social, junto con la empresa social GDS, que convocó a empresas, universidades, fundaciones, corporaciones y organizaciones de la sociedad civil, con el propósito de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras.
Al Reto postularon más de 30 organizaciones, de ellas, seis iniciativas fueron las seleccionadas: Gensalud, Kon3cta, Mhaite, NeuroHIT, Círculo Polar, PSports. De éstas, cuatro se implementaron en la Región de Valparaíso y tres en la Región de Magallanes, ya que el proyecto de Gensalud fue piloteado en ambas regiones.
Los proyectos ganadores permitieron abordar temáticas como la ansiedad, el estrés y la depresión, a través de diversas metodologías, como la psicoeducación, terapias individuales y talleres grupales.
“Desarrollamos seis pilotos y pudimos medir sus resultados en la mejora de la promoción, prevención y el cuidado de la salud mental. Y, en base a esos resultados, actualmente estamos elaborando un modelo que nos permita escalar las soluciones mejor evaluadas para disponibilizar un programa de salud mental, pensado en los trabajadores y trabajadoras de la construcción, de un mayor número de empresas socias de la CChC”, señaló la gerenta del Área Social de la CChC, Patricia Aranda.
CONCLUSIONES
Los resultados del proceso fueron recogidos a través de entrevistas a 109 trabajadores y trabajadoras de seis empresas socias; Salfa Austral, Concremag, Terratec, Bravo Izquierdo, Bezanilla y Ramco. Estas conclusiones se dividieron en dos tipos: impactos a nivel de vida del trabajador y a nivel de la empresa.
A nivel de empresa, los beneficios están relacionados con: la productividad y compromiso de parte de los trabajadores, mejoras en las relaciones laborales (entre compañeros o con jefaturas) y preocupación por parte de las empresas por la salud de los trabajadores, lo que genera una mayor valoración.
Frente a los aprendizajes declarados por los participantes, el 57% de los trabajadores y trabajadoras percibe que puede manejar de mejor manera las situaciones que les generan enojo o frustración; el 47% lo hace respecto de situaciones que los haceN sentir tristes; el 47% se relaciona mejor con la familia y/o amigos; el 43% se relaciona mejor con los compañeros de trabajo y jefaturas y el 30% contiene a los cercanos si los ven que están viviendo situaciones difíciles.
Con respecto al plan piloto desarrollado en las regiones de Valparaíso y Magallanes, la past president de la CChC Valparaíso y líder del Área Social CChC regional, Marisol Cortez, destacó que se lograron los objetivos trazados y valoró la satisfacción de las personas que fueron beneficiadas.
“Con este plan, fue posible demostrar la alta necesidad que hay entre las personas que trabajan en nuestra industria, de atenciones y beneficios de este tipo, y lo mucho que ayudan estos programas a mejorar la salud emocional y el clima laboral en las empresas. Son un aporte a la calidad de vida”, manifestó.
Por su parte, el gerente de Innovación y Sostenibilidad, Conrad Von Igel, enfatizó en la importancia de generar nuevas iniciativas que sean innovadoras y sostenibles en el tiempo para la construcción. “Los problemas de salud mental son de carácter transversal en todas las industrias, pero en la construcción no teníamos programas que se adecuaran a las realidades del sector. Consideramos que de cada piloto obtuvimos distintos aprendizajes para poder mejorar la experiencia de los trabajadores, las empresas y las soluciones que estas necesidades requieren”.
Para este reto, se consideró un financiamiento de $90 millones a repartir entre las iniciativas seleccionadas, además de asesoría técnica y acompañamiento para adecuar sus propuestas a la realidad de la industria.