Las tomas feministas han entrado en la tierra de los desencuentros entre las estudiantes que se han manifestado en planteles a lo largo del país y las disidentes que se manifiestan en contra de las tomas de recintos universitarios.
Este viernes alumnas de la Universidad Católica se tomaron la Casa Central del establecimiento con demandas orientadas tanto a la violencia sexual como a la subcontratación, sin embargo ha habido voces de molestia por parte de estudiantes que no apoyan la idea de tomarse el plantel.
Una de las voceras de la toma, Daniela Pinto, se refirió a la declaración del rector Ignacio Sánchez acerca de que no habría sumarios si la toma se bajaba, pero que la manifestación debía terminar.
La vocera aseguró que «la toma va a seguir», y que no bajarán los brazos. «Queremos ver que el rector tenga ánimos de dialogar de verdad, que dejen de ser eufemismos», dijo enfática.
Además, acusó que «cada vez que nos movilizamos se nos prometen cosas, y cuando llega el día de conversar todo esto se termina decidiendo de manera autoritaria y se reproducen las mismas lógicas de siempre», al tiempo que se refirió a las disidencias.
El rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, sostuvo reuniones con las manifestantes en las ultimas horas, y este fue su balance del encuentro.
Sin embargo la disidencia también sacó la voz, y Magdalena Ruiz, coordinadora general de solidaridad de la UC señaló que la demanda puede ser compartida, pero la forma es violenta y antidemocrática pues no se le consultó a toda la universidad sobre esto.
Una de las demandas de las alumnas UC es que la cantidad de académicos hombres deje de ser superior a la de mujeres, apuntando «como mínimo a un cuoteo de género».
Hasta el cierre de esta edición, se habría alcanzado un pre acuerdo para deponer la movilización.