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Leche materna: más allá de un buen alimento

27 de noviembre de 2023

Por: Gabriela Lobos Gallardo

Académica de la carrera de Nutrición y Dietética

Escuela Ciencias de la Salud
Universidad Viña del Mar, (UVM).

Hasta el 2003 se creía que la leche materna era un alimento estéril, pero a partir de ese año se han realizado múltiples estudios que afirman que la leche materna es un fluido biológico complejo, ya que además de entregar todos los nutrientes esenciales que un recién nacido necesita (vitaminas, minerales, proteínas), contiene células,
hormonas, factores inmunológicos e inmunomoduladores y una amplia gama de microbios (bacterias, arqueas, virus, protozoos y hongos anaeróbicos) conocida como microbiota de la leche humana. Se ha investigado que la leche materna contiene más de 1.000 millones de microorganismos por 800 ml de leche.
La importancia de la microbiota de la leche humana es indiscutible. Los beneficios que tiene hacia el bebé es que fomenta una mejor tolerancia digestiva, menor frecuencia e intensidad de disfuncionalidades del eje cerebro-intestino-microbiota, mejor inmunidad y contiene propiedades antiinfecciosas, por lo que son como la primera línea de defensa contra agentes patógenos. Además, contiene enzimas que ayudan a la descomposición de nutrientes, por
lo tanto, es útil para su absorción en el organismo y además se ha estudiado recientemente que puede tener una función antitumoral contra una línea celular de cáncer de mama y el cáncer de colon.
Finalmente, las bacterias también ayudan a mantener la salud materna, porque ayudan en la prevención de mastitis.
Se han identificado muchos factores que contribuyen a la variabilidad de la comunidad bacteriana de la leche humana entre diferentes mujeres y dentro de la misma mujer mientras experimenta diferentes condiciones fisiológicas, hormonales y patológicas.
Los principales factores que incluyen en el número y diversidad bacteriana es el modo de parto (cesárea o vaginal), el peso materno, la etapa de lactancia (calostro v/s leche madura), el consumo de antibióticos y quimioterapia en la etapa perinatal, la salud materna y la ubicación geográfica en que se encuentren.
Por todo lo anterior expuesto es que queda en evidencia que la leche materna se clasifica como un fluido único, es decir que es específico para cada bebé. También es dinámico, porque cambia su microbiota según diversos factores incluidos los ambientales, y vivo, ya que contiene múltiples microorganismos que ayudan para el correcto
crecimiento y desarrollo de los bebés. La recomendación actual de la OMS es que se consuma la leche materna exclusiva hasta los 6 meses del bebé, y de manera complementaria hasta mínimo los dos años, pudiendo extenderse hasta que la madre y bebé lo decidan.