Por: José Zapata Bastias Jefe carrera Entrenador Deportivo Escuela de Educación Universidad Viña del Mar
Entre las rutinas diarias de muchas familias en Chile, les debe haber pasado que encendieron el televisor y se encontraron con alguna disciplina deportiva de los Panamericanos de Santiago 2023. Varios fuimos testigos de como nuestros hijos imitaban a las corredoras del atletismo o vibraron con la medalla de Lucas Nervi en el lanzamiento del disco, sin duda esas escenas no la olvidarán jamás. Ellos son la próxima generación y están creciendo con un Chile en los top ten del deporte panamericano. Algo por lo cual sentirnos tremendamente orgullosos, pero que nos invita a reflexionar en lo que hacemos como sociedad, como país y como Estado con nuestros deportistas. Lo verdaderamente relevante es analizar el ascenso constante que nuestro país ha experimentado en las últimas cinco ediciones de este mega evento previo a Santiago 2023. Este ascenso comenzó hace 20 años. En los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003, Chile se ubicaba en la decimotercera posición con 22 medallas (2 de oro, 10 de plata y 10 de bronce). En la participación de Río 2007, a un año de la puesta en marcha de la Asociación de Deportistas Olímpicos (ADO CHILE) y el Plan Olímpico, avanzamos a la décima posición con 20 medallas (6 de oro, 5 de plata y 9 de bronce). En Guadalajara 2011, a pesar de descender a la decimotercera posición, nuestros atletas lograron un total de 43 medallas (3 de oro, 16 de plata y 24 de bronce). En Toronto 2015, escalamos al undécimo puesto con 29 medallas (5 de oro, 6 de plata y 18 de bronce). Finalmente, en Lima 2019 obtuvimos un total de 50 medallas (13 de oro, 19 de plata y 18 de bronce), lo que nos posicionó en el octavo lugar, incluso por encima del país anfitrión. Hoy en Santiago 2023 obtuvimos el octavo puesto y ratificamos nuestra posición deportiva en el Top Ten Panamericano. Es cierto que como organizadores teníamos el derecho de inscribir a deportistas en todas las disciplinas deportivas en competencia y presentamos a la delegación más grande de la historia de Chile en estos eventos, lo que podría haber generado expectativas de un desempeño sobresaliente. Sin embargo, es importante señalar que no basta con la cantidad de atletas, sino que, con el nivel deportivo de cada uno, lo cual va asociado directamente a un sólido sistema de formación y apoyo deportivo. En este sentido, el respaldo con que contaron nuestros atletas y lo que generó este mega evento en las futuras generaciones plantea desafíos. Para mejorar nuestro posicionamiento en el ranking de los Juegos Panamericanos, que ya sabemos que no se logra de un evento a otro, debemos invertir en la detección, selección y formación de atletas desde edades tempranas.
Deporte a nivel escolar
Es esencial promover el deporte a nivel escolar. Es allí donde se inician los procesos hacia la alta competencia. Introducir el deporte como un ente formador de valores asociados a los principios de la educación; implementar diversas disciplinas deportivas, esto con el fin de entregar más posibilidades a niñas y niños de encantarse con alguna de ellas; generar un sistema de competencia focalizado en la autosuperación, perseverancia, disciplina y formar una cultura deportiva, son algunos de los requisitos para estimular aptitudes y actitudes esenciales para integrar una cultura deportiva entre niños y adolescentes. Además, debemos involucrar al Estado y empresas privadas, universidades y otros actores sociales en el desarrollo de programas de apoyo a jóvenes talentos. Mantener una inversión constante en infraestructura deportiva, fomentar planes de capacitación para entrenadoras y entrenadores, y establecer un respaldo financiero adecuado para cada etapa de formación deportiva. Estos son pasos necesarios para asegurar que el futuro de Chile en el ámbito deportivo sea más brillante. Por último, es importante mencionar que el alcance de plan olímpico es para el apoyo y financiamiento de deportistas consolidados a través de medallas internacionales en la etapa adulta o en la más próxima a ella (juvenil). La octava posición debe ser vista como un llamado a la acción. Debemos enfocarnos en el mediano y largo plazo para trabajar en la construcción de una base sólida de atletas para que, en futuros Juegos Panamericanos, podamos competir con más fuerza y confianza en busca de un lugar más alto en el podio.