En la Región de Valparaíso existe 34 asentamientos que cumplen con las condiciones para poder radicarse en el mismo lugar donde residen actualmente, y allí se podría aprobar una inversión especial que vaya en ayuda del saneamiento de los suelos
Tras un reunión sostenida con autoridades regionales y del Ministerio de Salud y el Serviu, el Consejero Regional e integrante de la comisión de Salud del Core, Manuel Millones, propuso formalmente que desde el Gobierno Regional se pueda colaborar con los campamentos que van a ser radicados en la zona, entregando los recursos para limpiar las fosas sépticas que se están usando en dichos lugares.
Según lo definido por el Ministerio de Vivienda en el convenio de programación con el GORE, son 34 los campamentos que cumplen con todas las condiciones para poder radicarse en el mismo lugar en que se encuentra, debido a su topografía y posibilidad de urbanizar, pero mientras ello ocurre, el problema del acopio de desperdicios y aguas servidas es un serio riesgo sanitario permanente. ”No todos los campamentos tienen el apoyo de los municipios para limpiar las fosas, en algunos casos son pozos por familia y en otros, fosas comunitarias, lo cual representa un serio riesgo, ya sea por desplome o desbordes y además los malos olores en el verano y el colapso de los mismos con las lluvias. Acá existe un peligro permanente en materia sanitaria y creo que desde el Gobierno Regional se pueda hacer el esfuerzo para financiar la compra de camiones limpia fosas o también entregar los fondos para subvencionar a los municipios para que arrienden estas maquinarias y ejecuten la limpieza», explicó Millones.
Se trata de una situación que podría transformarse en un verdadero drama en los próximos meses y por ende tanto de las autoridades de Salud, Serviu, como de la Gobernación Regional, a quienes también se le expuso esta idea, podrían comenzar en los próximos días a trabajar en una solución en este tema.
Por último, Millones indicó que todo tipo de medidas y ayudas de esta naturaleza, viene a mejorar la calidad de vida de las personas que aún viven en campamentos, recordando que todavía queda por enfrentar el delicado tema de los loteadores irregulares, que siguen estafando a familias que necesitan un espacio para vivir y las instalan en lugares no aptos para ser urbanizados y por ende las condenan a vivir en condiciones precarias sin agua ni alcantarillado y además en un sitio del cual nunca tendrán el dominio.