En medio de la efervescencia por el emprendimiento y la innovación en nuestro país, se anunció que seis Centros de Investigación y Desarrollo (I+D) posiblemente tengan que cerrar por falta de financiamiento, generando controversia por el esquema de subvención aplicado.
Se trata de Meric (Marine Energy Research & Innovation Center), Fraunhofer Chile CSET (Centro de Tecnologías para Energía Solar), Inria Chile, UC Davis Chile, Leitat Chile y SMI-ICE Chile, los que eran parte de 13 hubs que llegaron a instalarse al país a través de la convocatoria del Programa de Atracción de Centros de Excelencia Internacional de Corfo.
Sin bien se trata de una desalentadora noticia, para Patricio Jarpa, gerente general de Nanotec Chile, no es una sorpresa. “Los centros de I+D en los últimos 50 años han sorteado aperturas y cierres constantemente. Esto ha ocurrido principalmente por su financiamiento”, dijo.
El programa contempla que, además, de los aportes del Estado por 10 años, los centros se puedan autofinanciar hasta poder continuar sin esta subvención. Según Jarpa, existen varios modelos para financiar estos centros, ya sean públicos, privados o compuestos. Cualquiera sea el caso, “pareciera que los recursos siempre son escasos”. Y a esto se suma que su supervivencia parece estar relacionada con el éxito de sus proyectos, “los que luego de cinco años toman consistencia y pueden ser validados”.
Andrés Sadler, CEO de PortalTerreno, comentó que es clave que estos centros sigan estando en Chile y que haya muchos más, pero “para esto es necesario un aporte constante del Estado, con el fin de fomentar que empresas y entes privados puedan financiar estos centros en el largo plazo”.
Para esto, Sadler propone que se fijen incentivos concretos para que las empresas privadas apuesten por estos hubs. Propone, por ejemplo, “beneficios tributarios realmente interesantes para que más empresas, independiente de su tamaño, puedan aportar, y recibir algo a cambio. Sin innovación no existe el desarrollo a largo plazo”.
Sin embargo, existen algunos factores que pueden jugar contra de este tipo de iniciativas, independiente del tipo de financiamiento que tengan. “Normalmente, fracasan por la administración de los equipos más que por los equipos mismos formados por científicos. Es posible que tengan problemas también por su capacidad de atracción del sector privado para los traspasos tecnológicos: muchos de los proyectos terminan archivados en un escritorio y no tienen factibilidad económica, porque son valorados por el sector privado o mal expuestos por los centros. Y esto es totalmente predecible en etapas más tempranas de cada proyecto”, explicó Jarpa.
En general, se cree que la innovación tecnológica juega un rol clave en la dinámica del crecimiento económico regional. Chile, por ejemplo, ocupa el puesto 54 en el mundo, de acuerdo con el Índice Mundial de Innovación que publica la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi). Sin embargo, aún existe una baja inversión en investigación, desarrollo e innovación.
Por su parte Laura Chicurel, CEO de Innova360, manifestó que “es una gran pérdida el hecho que hayan decidido salir del país estos centros de Excelencia internacional de I+D, ya que es justamente lo que más se necesita en este momento para impulsar el desarrollo de tecnología aplicada que impacten las más diversas industrias, y principalmente que ayuden a Chile a dar el salto en el desarrollo de capital intelectual propio. La inversión en Investigación y desarrollo debiesen estar en el centro de la estrategia de cualquier país que busque posicionarse como líder, impactando positivamente la economía».