Un estudio de la Escuela de Construcción Civil de la Pontificia Universidad Católica reveló que en Chile hay más de 3.700 sitios de disposición final ilegal de residuos de construcción y demolición que se reparten en las 16 regiones de Chile. No obstante, su distribución a nivel regional presenta considerables diferencias la cual se explica por diversos factores como el crecimiento de las ciudades, la densificación de determinados barrios y la pandemia (se está generando más basura) han generado un aumento sostenido de la cantidad de residuos sólidos, que -por falta de adecuada gestión- terminan configurando nuevos microbasurales.
En efecto, 31,25% de las regiones del país concentran un 72,74% del total nacional de sitios clandestinos de disposición de basura. Caso crítico es la Región Metropolitana, la cual concentra la mayor cantidad de sitios de estos lugares (25%) y luego le siguen Valparaíso, Coquimbo, Araucanía y Bío Bío.
Para analizar esta problemática, buscar soluciones para reducir los basureros ilegales y desmenuzar el sistema de reciclaje en nuestro país, convocamos a dos expertos en el área para conocer sus puntos de vista.
“En relación con la infraestructura de reciclaje en Chile, ocurren diferentes situaciones para entender este sistema. Primero que todo, las normativas que existen sobre esta materia no están alineadas entre sí, y no se han visto desde una mirada macro; es decir, se han hecho por separado para iniciativas con fines particulares (no conversan entre sí). Por ejemplo, está la Ley REP que obliga a contar con más centros de acopio y revalorización de los residuos y, por otro lado, ocurre el fenómeno del incremento de los microbasurales. Mientras no exista educación ambiental en los colegios desde los primeros años, y que la gente en sus domicilios no sepa cómo separar los desperdicios, difícilmente las legislaciones y políticas para revalorizar la basura serán efectivas”, explica Carmen Gloria Ide, Directora Ejecutiva de Círculo REP.
La especialista añade que las normativas que existen siempre se realizan desde un piloto o modelo muy centralizado, no considerando las diferentes realidades en las regiones del país, y los estratos socioeconómicos. Se están enfocando en contextos o circunstancias muy acotados de nuestra nación, por ejemplo, se produce que en las comunas del sector oriente se logran las mejores tasas de reciclaje que en sectores con menos recursos económicos.
“Tenemos que ponernos de acuerdo en las políticas públicas a nivel nacional para que todos los actores consigan, y apunten hacia este mismo objetivo. Necesitamos darles herramientas a la población para que puedan efectuar un reciclaje de la manera óptima, ya que no basta sólo con contar con una ley que promueva la reutilización y revalorización”, sentencia Ide.
Similar visión comparte Jorge Canals, socio y director del área Medio Ambiente y Regulación de Moraga y Cía., quien apunta a la necesidad de contar con mejor infraestructura para los residuos y reciclaje en las diferentes zonas de nuestro país: “Existen regiones que no cuentan con rellenos sanitarios con estándares ambientales actualizados, por ejemplo, en Chiloé no existe un lugar de estas características y en Temuco se sigue licitando el desarrollo de un proyecto de este tipo. Por ahora estos sitios se encuentran principalmente en la Región Metropolitana”, dice Canals, quien también fue ex subsecretario de Medio Ambiente.
Ambos expertos coinciden que independiente o más allá del reciclaje, existe la necesidad de reducir la cantidad de desperdicios que se generan en los hogares y empresas, y la urgencia de generar mayor concientización y un cambio cultural sobre esta materia en todos los actores de la sociedad.