En seminario organizado por la Universidad de Playa Ancha y la Seremi de Salud, docente expuso sobre la problemática de salud pública en torno al acceso y consumo de agua no segura en la región de Valparaíso.
Cómo acceder y consumir en Chile un agua de calidad y continua, sin gérmenes ni sustancias tóxicas y que no genere enfermedades al ser humano, si más de 400 mil personas de 175 comunas del país viven sin este vital elemento o consumen agua no segura.
Fue la pregunta que planteó la especialista en contaminación y evaluación del agua, actual directora del Departamento de Química de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), doctora Cecilia Rivera, en el ciclo de seminarios “Promoción de la Salud y Calidad de Vida 2021”, organizado por la Unidad de Promoción de la Salud y Calidad de Vida de la UPLA y la Secretaría Regional Ministerial de Salud.
Con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, expuso sobre la problemática de salud pública en torno al acceso y consumo de agua no segura en la región de Valparaíso, afirmando que ella deja a muchas familias bajo una profunda vulnerabilidad frente a la pandemia.
A través de proyectos de investigación y tesis de pregrado, la docente estudia desde el año 2013 el conflicto del agua potable y la contaminación en Laguna Verde, así como en Colliguay, Petorca, Quintero y Puchuncaví, junto con capacitar a las comunidades a evaluar y desinfectar el agua de sus pozos y la de su entorno, para proteger su salud y el medio ambiente.
“Hay comunidades tanto en la zona urbana como rural que llevan más de 40 años abasteciéndose con camiones aljibes. En la región de Valparaíso existe una inequidad en el acceso al agua y saneamiento, entre las diferentes comunas, sobre todo en las localidades rurales. Un ejemplo de ello a la fecha es la localidad de Laguna Verde, que solo está distante 15 kilómetros de la comuna de Valparaíso. Sigue sin acceso seguro al agua potable. Y se desconoce un levantamiento de las enfermedades causadas por su consumo”, sostuvo la académica Rivera.
Agregó que urge conocer por zonas, localidades y cuencas todos los problemas derivados del agua, junto con realizar un levantamiento en la región de las enfermedades generadas por su consumo no seguro. Argumentó que intervenciones combinadas de agua, saneamiento e higiene pueden reducir hasta un 80 por ciento la prevalencia de enfermedades de origen hídrico.
VIGILANCIA SANITARIA
En tanto, el encargado regional de Saneamiento Básico de la Seremi de Salud, ingeniero Edgardo Benavides Astorga, se refirió a la “Vigilancia sanitaria del agua para consumo”, explicando que no es solo detectar lo que está mal y exigir remediar la situación, sino que apunta a proponer medidas correctivas que permitan reducir o eliminar, preventivamente, riesgos sanitarios. “En lo posible asesorar, asistir y otorgar estímulos necesarios a los responsables de la explotación de un servicio”, precisó.
Benavides afirmó que la Política de Desarrollo y Sostenibilidad Hídrica Regional representa una gran oportunidad para abordar el aprovechamiento y almacenamiento de agua ante la sequía que afecta a los ecosistemas de esta zona del país.