El próximo sábado 3 de abril todas las personas que viven en el país, con excepción de la región de Magallanes y la Antártica chilena, deberán atrasar una hora sus relojes para dar inicio al nuevo horario de invierno. Este cambio implicará que amanecerá y atardecerá más temprano, obteniendo más luz en la mañana y en la tarde, situación que también influye en nuestro reloj biológico al tratar de adaptarse a las nuevas horas de sueño y vigilia.
Ante esto, Luis Espinoza, neurólogo de Clínica Somno, explica que la alteración en el ritmo circadiano, que se regula por el ciclo luz-oscuridad, puede generar desajustes transitorios en nuestro organismo, “dado que nuestro cerebro se debe volver a acostumbrar a despertar y dormir según nuevos horarios de luz. Sin embargo, a medida que se acerca el invierno este cambio horario ayudará a que cuando nos levantemos no tengamos la sensación de que estamos en plena noche. Por ello, el llamado principal a las personas es que aprovechen y disfruten al máximo de las horas de luz de la mañana y que idealmente mantengan horarios apropiados para irse a dormir y alcanzar a descansar las horas necesarias para que su cuerpo se recargue”, afirma.
Para adaptarnos más rápidamente al cambio y lidiar mejor con esta especie de jetlag que atravesaremos, y que suele manifestarse con irritabilidad, somnolencia, falta de concentración o dolores leves de cabeza, desde Clínica Somno entregan una serie de recomendaciones para cuidar nuestra higiene del sueño: