Una nueva jornada de manifestaciones pacíficas se realizó a las afueras del hospital Carlos Van Buren. Amigos y familiares del joven impactado por una bomba lacrimógena durante la noche de Año Nuevo en Valparaíso, Matías Orellana, levantaron sus carteles y tambores para exigir a las autoridades no dejar impune estos actos.
Según antecedentes, el hombre oriundo de Viña del Mar se encontraba protestando en Plaza Anibal Pinto en la madrugada del miércoles 1 de enero, donde fue golpeado por una bomba lacrimógena en su ojo derecho. El afectado tuvo que ser llevado al Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso para ser operado de urgencia en el lugar. Lugar donde sigue recuperándose y afirmaron que perdió la visión completa de un ojo.
Paulo Orellana, declaró que su hermano se encuentra en una cirugía quirúrgica desde las 11 de la mañana, en la que le extraerán su ojo derecho. También, destacó la importancia de las convocatorias realizadas por las amistades de Matías. Como la manifestación de ayer en Plaza Cívica y en el Hospital Carlos Van Buren y la de hoy a las afueras del mismo recinto de salud.
Aquiles, presidente del centro cultural y social Murga a la Klandestina, señaló que han estado desde el primer día apoyando a Matías en su situación. Asimismo, realizó un llamado a las organizaciones para participar de la manifestación y el recurso de amparo que se llevará a cabo este sábado desde las 11 de la mañana en la plaza de la Justicia.
Asimismo, amigo de Matías, Daniel Jara, manifestó su molestia por los actos de incumplimiento que el Intendente realizó durante la reunión que tuvo con el Instituto de los Derechos Humanos y la familia de Matías. Además, convocó para realizar una presión social frente a los sucesos ocurridos.
Matías no es el primer caso de esta índole: Diego Lastra, estudiante de 7mo año de medicina también recibió un impacto con lacrimógena en Plaza Italia ( también conocida como La Plaza de la Dignidad) de Santiago. Ante el hecho, Patricio Meza, vicepresidente del Colegio Médico, señaló que hay más de 300 pacientes a lo largo del país concurrieron a los centros médicos a causa de pérdidas de uno o los dos globos oculares.