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21 de Septiembre: Día del Trabajador Radial (AUDIO: RADIOCUMENTAL)

21 de septiembre de 2018

Desde hace 76 años cada 21 de septiembre se conmemora en Chile el «Día del trabajador radial», fecha que se instauró en 1942, durante el Gobierno de Juan Antonio Ríos, en reconocimiento al trabajo sin parar de los trabajadores de las radioemisoras, en un país donde aún la televisión era ausente.

El día de descanso para los trabajadores radiales se introdujo, considerando que ellos trabajaban en forma ininterrumpida los 365 días del año, incluyendo fiestas emblemáticas como: Semana Santa, Día Internacional del Trabajo, Día de las Glorias Navales, Independencia de Chile, Día de las Glorias del Ejército, Día de Todos los Santos, Navidad, Año Nuevo, entre otras.

Después de casi medio siglo, durante el gobierno del Presidente Patricio Aylwin Azócar, se declaró por Decreto Supremo de 1991, el 21 de septiembre como el “Día Nacional del Trabajador de la Radiodifusión Sonora”.

Un estudio efectuado por la Secretaría de Comunicación y Cultura, señaló en 1996, que entre los años 1990 a 1995 el número de emisoras había aumentado en un 122 por ciento, pasando de 326 a 723. Este crecimiento se concentró en las emisoras de frecuencia modulada, las cuales aumentaron en un 304 por ciento, donde de 152 estaciones se pasó a 614

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Luego de 58 años de instituido el “Día de la Radio” y sólo nueve años de “El Día Nacional del Trabajador de la Radiodifusión Sonora”, ambas fechas el 21 de septiembre, la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), decidió terminar -hace 18 años- con el cese de transmisiones para ese día, en el año 2000.

Entre los argumentos esgrimidos por el Consejo de la Archi, para adoptar dicha resolución, fue que al no estar funcionando las radios asociadas al organismo en dicho día, muchas emisoras “piratas” aprovechaban la ocasión para salir al aire, no respetando las leyes que regulaban el sistema de radiodifusión.

En todo caso la Archi estipuló que las radios asociadas deberán decidir si transmiten su programación habitual, no siendo sancionadas por este organismo como ocurría anteriormente, dejando en claro que si bien, se terminó con la interrupción de la transmisión radial, se continuará celebrando todos los 21 de septiembre, el Día de la Radio y el Día del Trabajador Radial.

LA RADIO EN LA HISTORIA DE CHILE

Desde la primera transmisión realizada en Chile el año 1922, la radiotelefonía se transformó en el principal medio de difusión musical. La primera estación fue radio Chilena, fundada el 26 de marzo de 1923. Al año siguiente se amplió el medio a provincias, con la aparición de radio Cerro Alegre de Valparaíso, momento desde el cual las radioemisoras en Chile proliferaron de modo frenético.

Reglamentadas por la Dirección General de Servicios Eléctricos, durante las primeras décadas del siglo XX las radios transmitieron principalmente sonidos en directo: radioteatros, informaciones noticiosas, comentarios políticos y presentaciones musicales que se transmitían hacia el público auditor, constituyéndose así en un importante campo laboral para los artistas, locutores, técnicos y periodistas chilenos.

Gracias a la iniciativa privada, durante la década de 1930 nacieron más de 70 emisoras, radio Hucke, posteriormente llamada Nuevo Mundo; radio Agricultura y radio Cooperativa Vitalicia, entre otras, iniciaron sus transmisiones en aquel tiempo. En 1939, la radio manifestó su importancia más allá de lo musical, al constituirse en el principal medio informativo del terremoto de Chillán y, a nivel mundial, de lo que estaba sucediendo en la 2ª Guerra Mundial.

Hacia mediados del siglo XX Chile contaba con más de 100 radios, todas transmitidas en Amplitud Modulada. Al mismo tiempo, los aparatos radiales se transformaron en uno de los principales aparatos electrodomésticos del hogar. La música, a través de la radio, ocupaba así un destacado lugar en la vida social de Chile.

Desde la década de 1950, debido a los adelantos en los soportes discográficos tanto en términos materiales (del acetato al vinilo) como tecnológicos (alta fidelidad, sonido stereo), y a la fortaleza de las grandes industrias discográficas en el mercado, como lo eran RCA Victor, EMI Odeon y Philips, las radios se transformaron paulatinamente en «radios tocadiscos»: la música emitida no era interpretada en vivo, sino grabada. Las figuras consulares de este fenómeno fueron los discjockey. Entre éstos, se destacaron principalmente dos: Raúl Matas y Ricardo García, ambos conductores del clásico programa «Discomanía», emitido por radio Minería desde 1946. El sonido en directo dejó su lugar al sonido envasado.

Desde la década de 1960 la radio experimentó una nueva evolución. En 1962 nació la radio El Conquistador, la primera emitida por Frecuencia Modulada. Esta frecuencia monopolizó la transmisión de música principalmente desde la década de 1970, y determinó las estaciones segmentadas, tanto en términos de géneros musicales como en términos generacionales. La Amplitud Modulada, por su parte, preservó a través de sus estaciones los programas de información y de diálogo con el auditorio.

La radio sigue siendo hoy uno de los más importantes medios de comunicación de masas. Su vigencia a lo largo del tiempo, la han transformado en una de las variables más importantes del acontecer cultural de los últimos ochenta años.

EL INICIO DE LA RADIO

Los pioneros de la radiodifusión en Chile fueron Arturo Salazar y Enrique Sazié. Salazar era profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile y tenía a su cargo el laboratorio de electrónica. Siendo adolescente, a fines del siglo pasado, siguió los pasos de Edison construyendo un fonógrafo, una máquina grabadora y un parlante.

En el laboratorio de la Universidad de Chile, Salazar construyó un equipo de recepción de ondas radiotelegráficas que le permitía captar estaciones de Europa y Estados Unidos.

Enrique Sazié Herrera nacía justamente cuando Salazar emulaba a Edison y construyó su primer transmisor varios años después. En 1922, en una sala de la Universidad de Chile, reunió a los aficionados a la radio para formar el Radio Club de Chile, presidido por Harvey Diamond.

El gran anhelo de Sazié era ofrecer programas al público. Con ese fin comenzó a construir un transmisor en el laboratorio del profesor Salazar, y solicitó la colaboración del Batallón de Comunicaciones, que le facilitó tres lámparas Telefunken de cincuenta vatios cada una. Una vez conseguido el transmisor, Sazié se dedicó a construir el receptor, que colocaría en el segundo piso del edificio del Diario El Mercurio.

PRIMERA TRANSMISION EN CHILE

El 19 de agosto de 1922 fue el gran día. En esa ocasión, se emitió la marcha de la Primera Guerra Mundial “It’s a long way to Tiperary”. Además, Enrique Cabré y Norberto García interpretaron un tema a dúo en violín. Posteriormente, Rafael Maluenda, escritor y periodista de El Mercurio, hizo un breve comentario político, en el que de forma risueña trazó el paralelismo entre el perro del general Alcibíades con el foxterrier del Presidente de la República, Arturo Alessandri. Maluenda se transformó así en el primer comentarista político de la historia de la radiodifusión chilena.

Sin embargo, este experimento no habría tenido gran valor sin un segundo paso: el que dio Federico Helfmann, quien, asesorado por Enrique Sazié, se dedicó a vender receptores de radio. Para hacerlo era necesario contar con una emisora que realizara programas diarios. Sazié construyó un pequeño y rudimentario transmisor con una potencia de cinco vatios, el cual -se pensó- serviría para las demostraciones.

EL NACIMIENTO DE RADIO CHILENA

La firma Errázuriz Simpson sentó las bases tecnológicas para el desarrollo de la radiodifusión en Chile. Esta empresa compró los derechos de Federico Helfmann y se entregó a la tarea de formar la Compañía Radio Chilena. Los capitales que participaron en este proyecto fueron de firmas ligadas a la electrotécnica: Westinghouse, General Electric, Telefunken, Telegrafie Son Fils y Marconi Wireless. Una vez más, fue Enrique Sazié el cerebro de la puesta en marcha del plan.

Para salir rápidamente al aire, Sazié transformó un equipo de radiotelegrafía marca Oscilio, que había importado, en un transmisor de radiodifusión. Aprovechó las dos lámparas de 250 vatios, los instrumentos y el grupo generador marca Esco, que suministraba la corriente eléctrica continua.
El 26 de marzo de 1923, siete meses después de la primera transmisión de la Universidad de Chile desde El Mercurio, se inauguró la Radio Chilena, con estudios en el décimo piso del edificio Ariztía.

LOS GRANDES PROBLEMAS

Ya en 1923, en Santiago existían doscientos receptores. Los precios oscilaban entre los doscientos y los tres mil pesos; los primeros santiaguinos en adquirirlos fueron Francisco de Borja Echeverría, Patricio Valdivieso y Carlos Wassen.

En la inauguración de Radio Chilena hubo música, un discurso, artistas y un locutor, Alfredo Figueroa Arrieta, el primero que hubo en Chile. La orquesta fue la del maestro Ubaldo Grazziolli y el discurso estuvo a cargo del maestro Osmán Pérez Freire.

La emisión comenzaba a las 9 de la mañana con la lectura de las noticias de los diarios. A las diez de la noche se transmitía la hora oficial, con las campanas de un reloj carillón Westminster que proporcionó la relojería suiza de Carlos Fath (o Fahl). Esta relojería y la Botica Francia, de Gastón Goyeneche, fueron los dos primeros avisadores de la radiodifusión chilena.

Se cobraban mil pesos por transmitir una frase diaria durante todo un mes. Como Alfredo Figueroa Arrieta no podía estar todos los días y a todas horas junto al micrófono, hubo que probar nuevas voces. Así fueron contratados Juan Esteban Iriarte y Ricardo Cano Ichaútegui.

La publicidad era escasa y no alcanzaba para financiar la emisora. El propio Figueroa ingenió una campaña de ayuda, mediante estampillas coleccionables, sorteos y premios, pero el sistema no prosperó.

NUEVAS EMISORAS

En 1924, Enrique Sazié continuó con su esfuerzo de crear nuevas emisoras de radio. Aquel año apareció radio El Mercurio. Sin embargo, entre la aparición de las emisoras Chilena y El Mercurio se fundó Radio Cerro Alegre, de Valparaíso, en la que participaba activamente otro de los pioneros de la radiodifusión chilena y del cine sonoro: Ricardo Vivado Orsini.

En Radio El Mercurio surgió un locutor que marcó una época: Jorge Echegoyen, a quien se debe la incorporación del programa-concurso con la participación de los oyentes.

También en esta emisora surgió la primera audición deportiva, que fue creada y dirigida por el periodista y humorista Carlos Cariola. Se llamaba “Clínica Deportiva” y todos los comentaristas se trataban entre sí de “doctor”.

LA POLÍTICA EN EL AIRE

Las radios tampoco escaparon a la lucha con los gobiernos autoritarios. El general Carlos Ibáñez del Campo, considerando que la información de la Radio Diario Ilustrado le era adversa, introdujo la censura. Todos los informativos se transmitían previa revisión de un censor. En 1932 , nacieron dos emisoras que marcaron una época. Una fue Radio Universo, más tarde La Americana.

Tal importancia otorgaban los gobernantes a las emisoras, que Marmaduke Grove, tras el golpe militar del 4 de junio de 1932 y la instauración de la efímera República Socialista, hizo instalar una emisora en La Moneda.

Por otro lado, en Radio Universo se emitió el primer radioteatro: La Enemiga, de Darío Nicodemi.
Arturo Alessandri Palma, que el 21 de mayo de 1923 fue el primer mandatario que leyó su mensaje presidencial por radio, diez años más tarde, en 1933 , transmitió un mensaje a toda América también a través de este medio de comunicación.

ACCESO A LA CULTURA

En 1935 nació Radio Hucke, que posteriormente se denominó Radio Nuevo Mundo. Poco después aparecería Radio Agricultura y, casi de forma simultánea, Radio Cooperativa Vitalicia.

En 1938, Radio La Chilena Consolidada se convirtió en Radio del Pacífico. De allí surgió un semillero de artistas: Anita González “La Desideria”; Ester Soré; Eduardo de Calixto, etc.

El 7 de abril de 1937 se inauguró en la Universidad Federico Santa María la radio del mismo nombre, que con el tiempo se convirtió en la emisora universitaria veterana de América Latina.

LAS NUEVAS TENDENCIAS

Tras 40 años de desarrollo, en la década de 1960 la radio tuvo que afrontar, con la masificación de la televisión, su primer y más grande desafío. Muchos anunciaron entonces el ocaso definitivo. El diagnóstico no pudo estar más equivocado. Por el contrario, la radio mostró una capacidad de respuesta insospechada. Aprovechó inteligentemente las posibilidades que deparaba la tecnología del transistor, amplió sus emisiones en frecuencia modulada (FM), reorientó y segmentó su programación, aprovechó las demandas no cubiertas por la televisión y, por último evitó entrar en abierta colisión con ella, optando por una estrategia de sutil complementación.

Un estudio de la Secretaría de Comunicación y Cultura de 1996 señalaba que la radio atravesaba uno de sus mejores momentos. Entre los años 1990 a 1995, el número de emisoras pasaba de 326 a 723, crecimiento que ha concentrado en la FM, donde de 152 estaciones se pasó a 614.

Ciertamente la radio ya no es la de la década de 1940. Los radioteatros han enmudecido, los grandes auditorios han desaparecido, no existen las emisiones de espectáculos en directo (“La Bandita de Firulete”, tras treinta años de permanencia en Radio Portales, terminó por sucumbir). Ellos han dado paso a la radio interactiva, en constante comunicación con los oyentes. Estos últimos años han salido al aire programas tan exitosos como “La Mañana Interactiva”, de Radio Agricultura, de corte político y de actualidad, y otros más especializados como “El Chacotero Sentimental”, de Radio Rock and Pop, que tuvo tanto éxito que incluso dio origen a una película.

En resumen, la radio chilena, tras el impacto que causó la aparición y masificación de la TV, recupera su capacidad de crear magia a través del sonido.

LA RADIO EN INTERNET

El vertiginoso desarrollo de internet ya llegó al mundo de la radio. Hoy existen muchas emisoras que transmiten a través de la red. La web radio -como se bautizó a esta nueva forma de comunicación- crece y crece.

En estricto rigor, la web radio no es exactamente radio. Este medio, que ya tiene más de 100 años de existencia, opera a través de ondas que viajan por el aire y que son captados por antenas receptoras. La web radio, en cambio, se transmite por la línea telefónica o el cable coaxial.

La gran mayoría de las radios en línea, además de poner al alcance de los internautas el detalle de la programación que transmiten a diario y mostrar los rostros que se encuentran tras las voces, permiten escuchar en el PC -en vivo y en tiempo real- sus ondas sonoras.

El presidente de la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), César Molfino, señala que internet ha permitido agregar un elemento más de comunicación a la actividad radiodifusora. “Esto nos permite llevar los programas a cualquier rincón de Chile y el mundo. Hemos descubierto una cantidad impresionante de gente que está radicada en el extranjero y que utiliza este mecanismo para estar al tanto de lo que ocurre en el país”.

En esta nota también ofrecemos a ustedes un audioreportaje «RADIOCUMENTAL», como homenaje a la historia de la radio, y un recuerdo de aquellos que hoy no están, pero que siguen siendo parte del aire