Por Gonzalo Gallardo- Periodista
Con tres de cuatro gaviotas logradas en el marco de las competencias internacional y folcklórica de Viña 2018, los intérpretes nacionales se alzaron con sendos triunfos.
Una competencia discreta en el ámbito internacional, con preponderancia del reaggetón, que llevó a alzarse como mejor intérprete a la canción de Ecuador, «La Corriente» de Mirella Cesa, con un ritmo muy similar al de Becky G.
Mientras que la triunfadora fue la canción de Gabigar, representante de Chile, con la canción «Cobarde», la que logró el triunfo con un tema que en estilo nos hace recordar a las baladas pop de Jesse & Joy, quienes por lo demás también eran parte de los artistas invitados a esta 59° versión del certamen.
Es preocupante ver como el nivel de la competencia en cuanto a la calidad de sus canciones ha llevado a que esos tiempos de antaño, cuando la competencia era la cuna de grandes canciones ha quedado atrás.
¿Cree usted que estoy exagerando?, solo basta recordar tiempos donde incluso en algunos casos, yo nisiquiera había nacido, sin embargo se convirtieron en éxitos que desde que tengo uso de razón conozco, mucho tiempo después de haber alzado la gaviota de plata.
«Como una ola» de Cecilia (1965), «Julie» de Julio Bernardo Euson (1972); o también la inolvidable «Laisse-moi le temps» de Romuald (1973) que posteriormente escucharíamos en la voz de Frank Sinatra con su versión en inglés «Let me try again»; Fernando Ubiergo con «El Tiempo en las Bastillas» (1978); y la inolvidable y recordada «Alma, corazón y pan» de Gervasio (1983).
Los anteriores, sólo una pincelada de la gran cantidad de canciones que desde alguna de las gélidas y húmedas noches en la Quinta Vergara se convierten en la banda sonora de la vida de varias generaciones.
Hoy, no se cual de las canciones que participó en Viña 2018, será alguna vez recordada; No se hacia donde trascenderán o cuanto tiempo duren sonando. Sin embargo se, que hoy la competencia mas que «de la canción», debería llamarse «del mercado», pues claramente es el contexto que rige a la calidad de las canciones que participan.
La competencia folcklórica es claramente mas pareja y de mejor calidad, las tres finalistas llegaron a la última instancia empatadas en evaluación. Pero en definitiva fue Astrid Veas y su excelente canción «El mundo al revés», la que se llevó todos los homenajes, logrando la gaviota como mejor intérprete y como canción ganadora.
Nota al margen la injusta y prematura eliminación de Bolivia, que tenía un excelente tema donde nos podemos dar cuenta que el jurado quizá no era el mas idóneo para una tarea tan importante como evaluar en un festival tan relevante para hispanoamérica como el de Viña del Mar
Hay que reconocer en Chilevisión el realce que le ha dado a la puesta en escena de cada canción en competencia, con iluminación adhock, preparación y ensayos tal como cualquier artista invitado, y también con elementos como bailarines o coreografías realzan a la competencia mas allá de la mera presencia de la orquesta, a la que actualmente siquiera presentan en la competencia.
Un festival que concluye con una competencia que deja para los 60 años del festival el 2019 la tarea de subir su puntería, para no pasar a ser lo que no queremos que sea: un gran recital de varios artistas.